No crezcas es una trampa es nuestro mantra, es esa frase que repetimos una y otra vez para que nuestros pensamientos no se dejen llevar por el aburrido mundo adulto. Facturas, compras, limpieza, recados, trabajo y obligaciones son el pan de cada día e impiden que podamos pensar, crear, jugar y disfrutar como hacen los niños. Recuerda que la edad es solo un número, no podemos dejar de envejecer pero sí podemos seguir siendo jóvenes tanto como dure la partida.